Creemos que es común sentir el considerar que el año 20 ha sido nefasto. Pongan el adjetivo que quieran, que seguro que le cuadra. A nosotros apenas nos ha dejado margen de maniobra. No obstante hemos conseguido realizar algunas actividades.
Pese a la escasa presencia de agüistas y forasteros, en los primeros meses del año pudimos hacer hasta diez recitales poetico-musicales en varios hoteles y en el balneario. También pudimos recibir como merecían al grupo sevillano "Cuadernos de Roldán" como ya reseñamos en su momento.
A primeros de marzo apareció el odiado coronavirus y nos aguó la fiesta. Pero la Junta Directiva siguió con su trabajo. Estaba embarcada en la confección de un dossier sobre el patrimonio de Lanjarón que en lugar del inexistente PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) permitiera a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en su delegación de Granada tener un punto de referencia para control de las alteraciones que se pudieran hacer en el patrimonio del pueblo. La confección de tal dossier nos ha ocupado los confinamientos de todo el año. A finales, estaban terminados los cuatro tomos documentados de que consta. Se presentaron en la Consejería granadina. La utilidad de su objetivo esperamos verla en tiempos venideros.
La inactividad de estos meses de confinamiento ha sido positivamente aprovechada por nuestro Presidente Fernando Rubio para escribir y publicar un libro sobre la historia de las guerras de los moriscos en nuestra región alpujarreña, centrada en los hechos acaecidos en nuestro pueblo. Una obra que aclara particularidades de nuestro castillo: su origen, su uso durante los conflictos guerreros de 1942,1505, 1570 y 1610, más o menos, y su reparación estructural. Relato ameno que no entra en análisis históricos profundos, relatado en primera persona por un testigo inmutable: el Tajo Colorao. Así se van, paso a paso, aclarando puntos oscuros de nuestra historia. Por ejemplo, ha quedado claro que el origen etimológico del nombre de nuestro pueblo no se refiere a "aguas saludables" sino precisamente al Tajo Colorao. Y también, que nuestro castillo no es un"castillo árabe", no es "castillo de los moros" sino un castillo de diseño castellano de finales del siglo XVI, aproximadamente de los años 1580-85.
El coronavirus también nos afectó al no poder celebrar en mayo el Recital de Primavera. Ya el año anterior se celebró en esa fecha en lugar del Recital de Año Nuevo de los primeros días de enero, traslado acordado para aliviar los problemas de acumulación de fechas y riesgos de mal tiempo por frío o lluvia. No se celebró pero nuestra intención es mantenerlo y esperar que en el mayo de este año 21 las condiciones sanitarias nos lo permitan.
Tampoco pudimos reunirnos en la era de San Isidro la noche del 17 de agosto, en conmemoración de la muerte de Federico García Lorca, acto que ya ha tomado el carácter de tradicional, y que llevaremos a cabo -esperamos- este año.
Otra actividad que los virus interrumpieron fue el plan que habíamos llamado "enlorquecimiento de La Alpujarra" consistente en entregar lotes de libros donados por nuestros socios a las bibliotecas de pueblos alpujarreños. Con cada entrega se recordaba la presencia de Lorca en la región y se instaba a poner su nombre a calles, plazas, miradores, etc. como respuesta agradecida a la difusión que el poeta hizo de las bellezas alpujarreñas en sus escritos, difusión que lógicamente fue universal. La Diputación de Granada puso en marcha un plan turístico-cultural que extiende el universo lorquiano a la región. Lanjarón es el centro de dicho plan, como lo fue de la estancia del poeta en estas tierras. Hacemos hincapié recordando el libro de 2017 Lorca en el país de ninguna parte que en realidad fue el origen de todo este movimiento cultural lorquiano. Esta actividad "enlorquecedora" quedó frenada por el virus pero se continuará y se agrandará en cuanto vengan tiempos mejores. Que vendrán.
Que así sea es lo que deseamos a todos nuestros amigos de la Asociación. Que el 2021 sea recuperador.
SALUD.
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