Ya
desde principios de la semana andábamos consultando el pronóstico del tiempo.
El ventarrón del año pasado nos había dejado su huella, todavía viva. No había
nada que temer. El mismo jueves 17 se levantó un poco de aire a mediodía aunque
no parecía preocupante. Pero ya se sabe que nuestra era del Viso estaba puesta
allí precisamente para aprovechar sus aires en el venteo de la paja entrigada...
O sea, que estábamos "una mijilla
preocupaíllos," pero todo fue bien. Noche cerrada, oscura, deslunada. Su
transparencia nos daba una imagen nítida de las luces del pueblo y de las
viviendas rurales del entorno.Y
llegó el momento. “Buena noche,...